Entrevista a Esteban Archetti

Entrevista a Esteban Archetti

"En realidad, no hay un momento específico en el que me descubrí como artista. Es algo atemporal. Desde que era niño, siempre dibujé, siempre estuve investigando, buscando, estudiando. Cuando tenía 10 años, mi madre me regaló mi primer libro sobre dibujo de caricaturas porque veía que dibujaba personajes de la televisión o de cómics. A partir de ahí, creo que se despertó mi vocación como futura artista o dibujante. En esa época no había internet, ni videos, nada de eso. Tenías que tomar cursos, trabajar, estudiar, leer muchos libros, y eso es a lo que me dediqué. Tuve una formación totalmente autodidacta, donde leía libros, me interesaba por el arte, en cómo resolver ciertas situaciones de dibujo o pintura. Hasta más adelante, ya de joven, comencé a estudiar escultura, dibujo publicitario, serigrafía (que es una de las técnicas que más utilizo), y últimamente acuarela. Mis estudios los realicé en la escuela de artes y oficios Pedro Figari, y posteriormente estudié docencia de Comunicación visual y dibujo. Actualmente he realizado talleres de acuarela con Pito Campos y Carlos Astramskas.”
Creo que el arte siempre es una herramienta a través de la cual uno tiene algo que decir. Uno tiene algo que reflexionar. Por eso, uno puede estudiar la técnica de ciertas formas artísticas, como la acuarela, y saber qué pincelada usar, qué colores emplear, qué contrastes, qué composición, todo lo que está en el marco teórico. Pero para mí, el arte debe comunicar cosas, debe hacer reflexionar a las personas, debe movilizar sentimientos e incluso proporcionar paz y tranquilidad, creando un estado en el espectador. Uno puede crear un dibujo que sea técnicamente perfecto, pero que no transmita nada. Sin embargo, cuando logramos movilizar al espectador, cuando conseguimos que se identifique con lo que ve, ahí es cuando la cosa cambia y eso es lo más importante para mí. Cada una de mis pinturas debe transmitir algo, debe contar una historia, debe hacer reflexionar sobre ciertas situaciones. A partir de ahí se forma un feedback y uno puede dialogar con el espectador a través de la obra como herramienta. En cuanto a mis referentes, he estudiado dibujo publicitario, me he desarrollado en la serigrafía, y mis referentes han sido artistas como Shepard Fairey, Andy Warhol, quienes estaban relacionados con la publicidad, el stencil y la serigrafía. Últimamente, he estado explorando el trabajo de acuarelistas como Álvaro Castagnet y Juan Saturio, personas que realmente expresan mucho a través de la acuarela, y eso es lo que intento transmitir en mi trabajo.”
“Lo que principalmente me motiva son las temáticas. Abordar una temática implica un estudio, una investigación, sumergirse en ese tema en particular. No puedo simplemente basarme en decir "me gustó esta foto y la voy a reproducir", porque eso sería superficial. En el momento en que realicé mi primera exposición en 2019, estaba muy comprometido con el veganismo. Quería denunciar el maltrato animal y crear conciencia en las personas a través de mis dibujos y pinturas. La exposición se llamaba "Tinta Negra" y combinaba acuarela y tinta china. Logré crear trabajos expresivos, desarrollando personajes y concienciando sobre el maltrato animal. Ahora, con la acuarela, estoy explorando la temática de las barcas. Al mudarme a la costa, estoy muy cerca del mar y de la pesca artesanal. Quiero que mis pinturas reflejen la vida de los pescadores, su sacrificio, esfuerzo y entrega. Quiero transmitir la incertidumbre de salir al mar y no encontrar nada, o la incertidumbre de no saber cuándo regresarás. Por eso, las acuarelas de barcas son solitarias, silenciosas, con cielos tormentosos o amenazantes. Quiero motivar al espectador a sentir el peligro latente, la soledad o cierta pobreza. Lo que me motiva son las temáticas. Quizás en el futuro me interese la indigencia, y entonces investigaría cómo viven esas personas en la calle, qué hacen. Mi motivación va más allá de simplemente reflejar algo que me gustó, se centra en las temáticas y en generar reflexión.”
“El estilo artístico es una búsqueda constante, ¿verdad? Cuando uno descubre su propio estilo, creo que llega al clímax del arte, ¿no es así? Uno puede mirar una pintura y decir: “Ah, esta obra es de tal artista, esta es de otro, esta pertenece a fulano, esta es de mengano”. Eso es algo que solo hacen los grandes genios. Lo que uno está haciendo es descubrir técnicas, intentar trabajar y especializarse en ellas para que sean auténticas, creíbles y expresivas. Ojalá que algún día, alguien vea mis pinturas de barcas y diga: “Esa es una obra de Archetti”, pero es una búsqueda muy precisa y no estoy seguro de haberla alcanzado todavía. La idea es seguir trabajando, seguir investigando y ver hasta dónde puedo desarrollar un estilo propio. Creo que son los grandes artistas quienes realmente crean estilos. Yo aún no me considero uno de ellos. Con respecto a las técnicas, la serigrafía me llevó a realizar producciones en masa, a trabajar con papel, pinturas y tintas, lo cual es fantástico. Pero cuando la gente ve el resultado final de la serigrafía, piensan que es solo pasar una espátula, ¿no es así? Pero no ven el proceso completo, el trabajo en el laboratorio fotográfico para crear la matriz original y luego estamparla. Es como si vieran el parto pero no el embarazo. Todo ese proceso anterior es el embarazo, es la gestación de la obra. Hay todo un proceso detrás para lograr la obra final. En cuanto a mí, que soy muy ansioso, descubrí la acuarela. Ya había experimentado con ella antes, pero me di cuenta de que no sabía nada sobre acuarelas. Empecé a estudiarla en 2020 y me encontré con una técnica que es rápida y expresiva, y que satisface mi ansiedad. Si tengo claro lo que quiero hacer, puedo terminar una obra en un solo día. Eso me cautivó, porque no es como el óleo o el acrílico, que llevan semanas o meses, sino que la acuarela es más ágil. Eso fue lo que realmente me atrajo a seguir investigando en esta técnica.”
“Lo que realmente me interesa es que las personas reciban algo de mis obras, que reflexionen a partir de ellas, que se pongan en el lugar de lo que estoy denunciando y que les transmitan algún sentimiento, independientemente de cuál sea: ya sea odio, tristeza, alegría, tranquilidad o paz interna. Si logro transmitir algún sentimiento, me siento satisfecho porque significa que la obra ha logrado establecer un vínculo entre el espectador y el artista. Pienso que el verdadero desafío radica en esto. A pesar de estar lleno de motivaciones y decidir trabajar sobre ciertas temáticas o hacer denuncias, la verdadera esencia está en cómo lograr transmitirlo, cómo hacer que la obra realmente contenga ese tema y provoque reflexión e inquietud. Hay una cita de Bansky que dice que el arte tiene que inquietar al tranquilo y tranquilizar al inquieto, al perturbado. Por eso, siempre busco provocar esa emoción, generar esa perturbación. Todo lo demás es una búsqueda de técnica, de cómo lograr ciertos efectos, y se lleva a cabo a través de ensayo y error.”
“Mi primera exposición individual, que tuvo lugar en 2019 justo antes de la pandemia, giraba en torno a la temática de los animales, lo cual resultó ser muy motivador, inquietante y perturbador. Fue un momento de intenso desarrollo tanto en técnica como en temática. La exposición se llevó a cabo en el Paseo del Prado, un antiguo hotel cuyas paredes descascaradas proporcionaban un ambiente un tanto tétrico y denunciante, que encajaba perfectamente con el contenido de mis obras. Recibí críticas, apoyo y todo tipo de reacciones, lo cual fue enriquecedor. Porque si uno expone y la gente permanece indiferente, significa que no has logrado nada. Sin embargo, con la temática del maltrato animal, recibí de todo, desde apoyo hasta prácticamente insultos. Hubo personas que cuestionaron por qué utilizaba la imagen de Jesús con una cabeza de vaca, como en una de mis intervenciones llamada el "Vacantocrator". Para quienes tenían una profunda religiosidad, esta representación no era aceptada como arte. Sin embargo, mi intención era transmitir la benevolencia de los animales, que ofrecen su cuerpo y su ser en beneficio del hombre. “
“La vida personal junto con la vida artística es complicada, especialmente en Uruguay, donde uno tiene que trabajar mucho para cubrir los gastos básicos. En mi opinión, debería ser al revés, pero lamentablemente vivimos en un país tercermundista donde es difícil vivir del arte. Aunque con la globalización, espero que esto cambie y que mi trabajo pueda ser reconocido. Pero en realidad, sigue siendo un trabajo de gota a gota, muy incipiente, y uno tiene que hacer malabarismos para equilibrar el tiempo entre la familia, el arte y el trabajo diario y duro.”
“Bueno, al hablar del futuro, lo veo muy oscuro, triste y tétrico. A veces deseo que alguien simplemente apague la luz y cierre el interruptor para poner fin a todo lo que rodea a Internet y las redes sociales. En mi mente, siento que esto nos está llevando a situaciones cada vez más impersonales. La idea de la inteligencia artificial, de crear algo que carece de cualquier tipo de sentimiento o esencia, me preocupa profundamente. Una ilustración puede ser técnicamente perfecta, pero carece del alma y del sentir que el artista transmite en su obra. En cambio, es algo puramente algorítmico que no refleja emociones genuinas. Además, la dependencia excesiva de la tecnología ha generado una sociedad alienada, similar a una invasión zombie, donde el egoísmo, la falta de empatía, la falta de solidaridad y la falta de reflexión son cada vez más comunes. La gente sigue ciegamente las tendencias y opiniones sin cuestionarlas ni reflexionar sobre ellas, lo cual es preocupante. Personalmente, me considero una especie de "oveja negra" en este sentido. Cuando escucho una noticia o me dicen algo, no lo acepto de inmediato, sino que primero verifico su veracidad, analizo los motivos y las consecuencias, y busco entender toda la historia detrás de ello. Es un proceso mental que requiere tiempo y esfuerzo, pero prefiero no tragarme las noticias o informaciones sin cuestionarlas. Durante la pandemia, fui crítico de muchas de las narrativas y manipulaciones de los medios de comunicación y las vacunas. Investigué y examiné diferentes perspectivas antes de formar mi propia opinión. Ahora sabemos que estamos siendo manipulados por intereses poderosos, y lo que queda es un panorama dominado por el egoísmo, el materialismo y el consumismo. En este contexto, el arte se está desvaneciendo poco a poco. Hay cada vez menos personas que aprecian una obra de arte genuina. Puedo pasar horas admirando la Mona Lisa y sumergiéndome en sus pinceladas y colores, pero las generaciones más jóvenes pueden verla como una imagen aburrida y cotidiana.”
“Mi aspiración es poder vivir de mi arte y que las personas puedan apreciar y reflexionar a través de mis obras. No busco la riqueza ni la fama; mi objetivo es tener la libertad de trabajar, expresarme y disfrutar momentos con mi familia sin que el arte me absorba por completo. Espero que las personas puedan identificarse con mis obras y que estas generen interacción y reflexión entre el espectador y el artista. ¿Qué hago para lograrlo? Trabajo, estudio, investigo, practico y entablo conversaciones con la gente para comprender mejor lo que están experimentando. Me preocupa la apatía y la falta de pensamiento crítico, especialmente entre la juventud, pero también entre personas de más edad, que están alienadas por las redes sociales. Mi sueño es que el arte se renueve y siga siendo una herramienta para expresar y reflexionar sobre la vida. Actualmente, veo que muchas personas prefieren seguir la corriente sin cuestionarse, lo que lleva a una pérdida de valores y conexión con el arte. Espero que en algún momento el arte recupere su importancia en la sociedad y no sea considerado como un lujo para unos pocos, sino como una parte esencial de la vida humana. De lo contrario, temo que todos sigamos como ovejas yendo hacia la cueva del lobo o el precipicio sin detenernos a reflexionar.”
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